El médico judío que escapó al Holocausto y terminó creando los Juegos Paralímpicos

23/Ago/2021

Israel Económico

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Este 24 de agosto comenzará a disputarse en Japón una nueva edición de los Juegos Paralímpicos, una competencia que celebra el espíritu deportivo y la dedicación de las personas con discapacidades y que fue creada por un médico judío que logró escapar a tiempo del Holocausto nazi. (Ludwig Guttman (Foto: CC))

Ludwig Guttmann nació el 3 de julio de 1899 en la ciudad de Tost, que en ese entonces pertenecía al imperio alemán y actualmente es parte de Polonia con el nombre de Toszek.

En 1919, Guttmann se recibió de médico por la Universidad de Friburgo, en Alemania, pero ya dos años antes había tenido su primer contacto con el tipo de pacientes a los que luego dedicaría su vida.

Se trató de un minero –al que atendió, como voluntario, en el hospital de Konigshutte, en el estado alemán de Sajonia-Anhalt- afectado por un lesión medular que lo dejó parapléjico.

Ya para principios de la década del ’30 del siglo pasado, Guttmann era un neurocirujano de renombre que trabajaba y enseñaba desde el Hospital Wenzel Hancke en Breslau, actualmente Wroclaw (Breslavia), en Polonia.

Asistente además de Otfrid Foerster, un recordado médico alemán pionero de la neurocirugía, a Guttmann se lo consideraba en carrera a convertirse en uno de los principales nombres de la especialidad en el país.

Pero entonces llegó el régimen nazi, en especial las leyes antisemitas de Nuremberg que, entre otras cosas, prohibía a los judíos practicar la medicina.

Guttmann fue expulsado de la universidad y del hospital, le quitaron el título de doctor y debió limitarse a trabajar en el sanatorio de la colectividad judía de Wroclaw.

Mucho más adelante, el neurocirujano recordaría los eventos del 9 de noviembre de 1938, cuando se desató la Kristallnacht, la Noche de los cristales rotos, el masivo pogrom que terminó de dejar en claro de qué se trataba el gobierno nazi en Alemania.

«El 9 de noviembre tomé mi auto y fui a la sinagoga», relató el médico. Cuando llegó al templo, continuó, «todo estaba rodeado por cientos de personas, incendios, y hombres de las SS jugando al fútbol con libros de oraciones».

«Me quedé allí y me di cuenta de que se me caían las lágrimas», describió Guttmann.

En medio del terror, y cuando los caminos posibles para salir del país eran cada vez menos, al médico se le presentó una oportunidad. Conocedores de su prestigio, autoridades nazis le devolvieron el pasaporte y lo enviaron a Lisboa en 1939 para tratar al entonces dictador portugués, Óscar Carmona.

El Council for At-Risk Academics, una organización formada para ayudar a profesores perseguidos por regímenes totalitarios, lo ayudó a exiliarse en Londres

El dato no pasó desapercibido para el Council for At-Risk Academics, una organización formada para ayudar a profesores perseguidos por regímenes totalitarios y que hizo las maniobras necesarias para que Guttmann y su familias se quedaran en Gran Bretaña.

Una vez instalado, el gobierno de Londres le pidió al médico alemán, cuyas capacidades eran ampliamente conocidas en todo el continente, que montara un centro nacional de lesiones espinales en el hospital Stoke Mandeville en Buckinghamshire.

El objetivo era atender a los pilotos de guerra que volvían del frente con lesiones en la columna vertebral y quedaban tetrapléjicos o parapléjicos, una afección con altas tasas de mortalidad en aquellos tiempos.

Cuando la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin, en 1945, Guttmann recibió la ciudadanía británica. Para ese entonces era un especialista de renombre, pero que no se contentaba con su trabajo en el hospital.

En efecto, el médico que había escapado de los nazis apostaba fuertemente a revolucionar la rehabilitación de los pacientes con lesiones medulares. «Se me ocurrió que habría sido una omisión grave no incluir el deporte en la rehabilitación de personas discapacitadas», explicaría Guttmann.

«Ese -afirmó- fue probablemente uno de los mejores pensamientos que he tenido como médico».

La aplicación del deporte a las tareas de rehabilitación derivó en la creación de los Juegos Parapléjicos, que en un primer momento incluían solamente a personas en sillas de ruedas pero que ya nunca más dejarían de crecer.

A fines de julio de 1948 se celebraron los primeros Stoke Mandeville Games, con el hospital como marco y veteranos de guerra como protagonistas. Y, para 1952, los juegos convocaron a nada menos que ciento treinta competidores de todo el mundo.

Los juegos lanzados por Guttmann llamaron tanto la atención que, finalmente, el movimiento olímpico internacional decidió cobijarlos bajo su manto y organizarlos en coincidencia con la competencia general.

Roma, en 1960, fue el primer escenario compartido de los Juegos Olímpicos y de los Juegos Paralímpicos, en una historia que sigue avanzando hasta la actualidad y se reafirma en Tokio, adonde arrancará la competencia el 24 de agosto, con la participación de más de 4.250 deportistas de todo el mundo.

En aquel mismo 1960, el doctor Guttmann fue declarado Comandante de la Orden del Imperio Británico (CBE) y, seis años después, la reina Isabel II lo nombró caballero. Dejando un enorme legado detrás, el médico judío nacido en Tost falleció el 18 de marzo de 1980.